¿Quién no conoce el aloe vera? ¿Quién no conoce su aroma y sabor intensos? Los sumerios, los egipcios, los griegos y los chinos, como tantas veces en la historia, descubrieron su potencial y hoy día es un ingrediente activo en la cosmética y la medicina. El jugo interno de la planta, el gel, es una magnífica concentración de vitaminas A, B, C y E, minerales, aceites y analgésicos.
Propiedades del aloe vera
El número de propiedades es extenso: mejora la cicatrización, pues estimula el metabolismo de la piel, hay autores que dicen que puede quintuplicarlo; su poder analgésico alivia irritaciones y eczemas; es útil para quemaduras por radiación; hidratante; antibacteriano e inmunológico.
¿Cómo consumir el aloe vera?
Hay que tener en cuenta que la corteza contiene aloína, de fuerte efecto laxante, que puede producir alteraciones de la tensión arterial y fallos renales. Por ello se recomienda únicamente el uso del gel o jugo interno, que está libre de aloína. El gel puede aplicarse por vía tópica u oral.
Por vía tópica.
Las cremas o champús se aplican tanto en la piel como en el cabello. Ya hemos comentado que expulsa la grasa y las bacterias, regenera la piel, reduce las arrugas y tonifica, pero si vamos más allá no podemos olvidar que combate la caspa, las dermatitis seborreicas y alivia el picor por su efecto calmante y antiinflamatorio. Por todo ello resulta obvia su utilización en el tratamiento de quemaduras solares.
Por vía oral.
Fortalece el sistema inmunológico y, dado su contenido de ácido salicílico, ayuda en casos de cefaleas leves. Alivia problemas dentales, gingivitis y llagas.
Uso ornamental
Por último, no podemos dejar de lado su uso ornamental. El color verde de sus hojas, el amarillo de sus flores y su olor, todos ellos intensos, hacen que una maceta de aloe o un vaso de gel sumen un punto exótico al jardín o al interior de una vivienda. Si quieres saber más sobre el aloe vera o la forma de consumirlo déjanos un comentario.
