Actualmente hay muchas personas que sufren de hiperactividad o ansiedad, muchísimo estrés y la sola idea de hacer TaiChi les pone muy nerviosos. ¿Cómo podemos transmitirles mejor el arte?
Cuando alguien llega por primera vez a una clase hay que ayudarle a tomar conciencia de cómo vive, de cómo se mueve, se alimenta, se relaciona con su medio ambiente, pero siempre desde el respeto sin juzgar, y sin analizar en principio lo que le ocurre.
La paciencia es muy importante en la enseñanza, y también lo es la empatía, respetar dónde está el alumno que llega y utilizar con habilidad las herramientas que uno tiene.
El TaiChi-QiGong parece un baile realizado sin esfuerzo, a cámara lenta, pero en realidad es un ejercicio que desarrolla la resistencia y mejora la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación, a través de una serie prefijada de posiciones y movimientos.
El trabajo del TaiChi-QiGong ejercita conjuntamente cuerpo y mente, resultando una práctica completa y beneficiosa a cualquier edad.
"Cuando una persona está viva su cuerpo es blando y flexible, cuando está muerta, es dura y rígida. Lo mismo sucede con todas las cosas.
Los árboles y las plantas son blandas y flexibles cuando están creciendo, cuando mueren son secos y quebradizos.
Por lo tanto, ser duro y rígido es el camino de la muerte, ser blando y flexible es el camino de la vida"
Lao Tzu