Una de las principales causas de que las dietas de adelgazamiento no den resultado es el estrés y la ansiedad. Por culpa de estos estados emocionales podemos comer de forma compulsiva cualquier alimento indeseado como dulces o alimentos precocinados con alto índice calórico.
Estrés y alimentación
Muchas veces recurrimos a la comida cuando nos sentimos nerviosos o tristes porque en la comida, sobretodo en los alimentos dulces que suele ser la opción elegida en estos casos, nos provocan un placer instantáneo. Se activan los mecanismos de recompensa de nuestro cerebro y se liberan neurotransmisores que nos hacen sentir mejor.
Sin embargo, recurrir a la comida en estos casos no es una buena solución ya que además del aporte calórico extra innecesario que estamos aportando a nuestro organismo, el consumo de dulces aumenta la concentración de azúcar en sangre de forma rápida por lo que después del subidón, se produce una fase de decaimiento. Si tienes estrés lo mejor es adquirir nuevos hábitos saludables que te ayuden a combatirlo desde dentro, como el mindfulness o el coaching y también aliarte con tu alimentación para que esta se convierta realmente en una ayuda y el estrés no llegue a superarte.
Alimentación antiestrés
Llevar una alimentación equilibrada y sana, libre de emociones negativas, es fundamental para mantener en orden tu cuerpo y tu mente y evitar comer de forma compulsiva. Organizar tus menús de forma semanal puede ser, por ejemplo, una buena opción para mantener ese orden y planificar una alimentación variada. Hay algunos alimentos que además pueden ayudarte a mantener a raya ese estrés. En nuestro último artículo te hablamos sobre algunos alimentos que te pueden ayudar a tener más energía y superar la astenia. Entre ellos, mencionamos el plátano por su alto contenido en triptófano, sustancia directamente relacionada con el bienestar emocional.
Alimentos antiestrés
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- El plátano es, en efecto, uno de los alimentos que viene bien incorporar en una dieta antiestrés. Incluye grandes cantidades de vitamina A, todas las vitaminas del grupo B y también vitamina C. Tiene gran cantidad de minerales como el hierro, calcio, potasio, cobre y magnesio. Posee hidratos de carbono de asimilación lenta por lo que te ayudará a satisfacer el apetito durante largo tiempo y liberarte de la ansiedad mucho mejor que cualquier dulce. Tiene fibra, es fácil de digerir y beneficioso para el tránsito intestinal.
- Las almendras son otro superalimento muy completo y conocido por sus propiedades regenerativas y nutricionales. La almendra contiene todos los nutrientes necesarios para dar energía al sistema nervioso: vitaminas del complejo B y minerales como cobre, hierro, fósforo, calcio y potasio.
- Las pasas son igualmente muy nutritivas por su alto contenido en minerales (hierro, calcio, magnesio, fósforo, potasio, cobre y vitaminas B1 y B6). Son un aliado perfecto para combatir el estrés ya que además tienen sabor dulce.
- Brócoli y espinacas. Verduras de hoja verde ricas en vitamina A y C. Tienen cantidades considerables de vitaminas del grupo B además de minerales como el potasio, calcio, magnesio, hierro y cobre. Ambos alimentos son una gran fuerte de energía y nutrientes para nuestro sistema nervioso.
- El germen de trigo es otro de los alimentos que debes incluir en tu dieta antiestrés, sobretodo si tomas azúcar o alcohol ya que el germen de trigo tiene grandes cantidades de vitamina B. Además, es una gran fuente de hierro, fósforo, magnesio, cobre y potasio, importantes para un correcto funcionamiento de tu sistema nervioso. Además tiene cantidades importantes de vitamina E que te ayudará a tener una piel radiante y de aspecto sano, libre de estrés.
Otros hábitos para combatir el estrés
Además de cuidar nuestra alimentación e incorporar nutrientes antiestrés debemos cambiar nuestro estilo de vida si queremos liberarnos definitivamente del estrés. Algunos hábitos que debemos incorporar son:
- Ejercicio físico moderado, mejor si es al aire libre.
- Equilibrar nuestra vida laboral y momentos de ocio.
- Dormir lo suficiente.
- Practicar algún ejercicio de relajación, respiración o yoga.
- Tomar un baño relajante, disfrutar de un masaje o de algún otro momento para nosotros mismos.